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el despojo de tierras indígenas

Una historia de nunca acabar: el despojo de tierras indígenas

El histórico despojo de tierras a comunidades indígenas ha dejado un acervo documental que evidencia el sufrimiento y victimización de miles de pueblos obligados abandonar su territorio y, de paso, sus lazos culturales. Estos documentos resguardados por el Archivo General de la Nación permiten la reconstrucción de unos hechos que no deben ser olvidados, y sobre ellos construir garantías de no repetición.    

Durante los cinco siglos de historia que nos preceden, el despojo forzoso de tierras en nuestro país ha sido una constante y una de las principales causas de innumerables conflictos. Las comunidades indígenas han sido las principales víctimas de ese desarraigo, que no solo se limitó al período colonial, sino que persiste hasta hoy en día. Todavía se presentan casos de expulsión e invasión de territorios indígenas, que van de la mano de la expansión de la frontera agrícola, acaparamiento de tierras, procesos violentos de colonización y fortalecimiento de economías ilegales como la minería en zonas prohibidas y los cultivos uso ilícito.

De esa larga historia de despojos, el Archivo General de la Nación conserva innumerable información. En esta ocasión, con motivo del Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto queremos compartir algunos documentos relacionados con el despojo de tierras indígenas en la década los 70 del siglo pasado. Una época en la que el fracaso de la reforma agraria hecha en los años sesenta del siglo pasado y la puesta en marcha de lo que los investigadores han denominado la “contrarreforma agraria”, exacerbaron el despojo de tierras y agudizó la expulsión de campesinos y colonos a territorios baldíos o indígenas, fenómenos que impulsaron el nuevo siglo del conflicto armado.  

En nuestro fondo del Ministerio de Gobierno, específicamente en Asuntos Indígenas, hay un sinnúmero de casos de grupos afectados por el despojo de sus territorios. Hoy presentamos tres casos ocurridos en 1978 que ilustran estas situaciones en diferentes regiones del país.

El primero, es sobre la población indígena Guahibo, ubicada en la margen derecha del río Vichada, donde el 5 de noviembre de 1978 un grupo de hombres armados ingresó a sus tierras, amenazando con desalojarlos por la fuerza.

Los grupos indígenas también han enfrentado la invasión de colonos blancos y mestizos en sus territorios, muchos de ellos también víctimas del conflicto armado y del despojo de tierras en sus lugares de origen. Por ejemplo, en la reserva indígena del corregimiento de Gilgal, en el Municipio de Acandí, Chocó, se reportó el 8 de mayo de 1978 un creciente número de colonos en la reserva. Mientras que en su creación años atrás contaba con 57 personas indígenas, al momento del reporte solo quedaban 12, incluyendo niños, frente a 2500 colonos.

El Putumayo también ha sido escenario de ocupación de territorios indígenas a lo largo de los años. En un expediente de octubre del mismo año, se documenta la ocupación de cerca de 20 familias de colonos en las reservas indígenas de Yarinal y Santa Rosa de Guamués. Aunque los indígenas son las principales víctimas de esta ocupación, también los colonos sufren las consecuencias de la inequidad en la distribución de la tierra y la riqueza del país, como dice el documento: "los colonos, aparentemente pacíficos, en su mayoría son personas humildes que, por su precaria situación, no tienen a dónde recurrir".

En el Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas, es crucial recordar y reflexionar sobre una de las causas de victimización y conflicto en nuestro país: la ocupación de los territorios indígenas. La reivindicación de los derechos de la población nativa es fundamental para avanzar hacia una sociedad más justa y pacífica.

 

 

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