La exposición del archivo privado de Francisco Gil Tovar (1923 – 2017) presenta al público una colección de la trayectoria de toda una vida en relación con el culto al arte. En su conjunto, este archivo comprende fotografías, dibujos, ilustraciones, pinturas, reproducciones de obras de arte, artículos, publicaciones, entre otros, en los que resalta la dedicación al trabajo por la compresión del desarrollo cultural en Colombia desde sus expresiones artísticas y su conexión con un mundo trasatlántico.

Francisco Gil Tovar

Reseña biográfica de Francisco Gil Tovar 

Existe algún territorio trasatlántico, alguna metrópoli, que vincule al arte en Colombia, su historia, su crítica, su ciencia? Si, la tierra andaluza de Granada. Y si existe un ejemplo de este vínculo ese fue, sin lugar a duda, Francisco Gil Tovar (1923 – 2017), quien además de Gonzalo Jiménez de Quesada y su empresa neogranadina, conquistó en pleno siglo XX el arte en Colombia a través de la valoración, la interpretación, la crítica y el amor por este.

Oficio menor el aprecio al arte? Realizar una exégesis del arte es el desarrollo de un artesano que expone su alma al ritual de la belleza que, resplandeciente y oculta, está en comunión de su labor. La historia, de igual manera, posee numerosos ejemplos y excepciones.

 El 3 de junio del 2009, en un acto de reconocimiento organizado por el Ayuntamiento de Atarfe en la Casa de la Cultura, y que no muchos artistas consagrados llegan recibir, el maestro F. Gil Tovar fue homenajeado por toda una vida de dedicación intelectual al devenir artístico. Y es que Granada legó un gran hijo; periodista, dibujante, crítico, historiador y científico de arte a Colombia. Francisco Gil Tovar, como hombre de dos mundos, construyó la visión y los cimientos de la historiografía del arte en Colombia.

Educado por las sombras y luminiscencias de las calles y monumentos de Granada de la década de 1930, fue allí donde los muros del último baluarte morisco proyectaron los inicios del joven curioso admirador del arte; sus pasillos, los mágicos palacios y adornados jardines sirvieron como combustible del apasionado dibujante universitario para abordar al mundo que veía florecer con ansias, los pilares del expresionismo europeo y la promoción de nuevas corrientes artísticas.

Sus estudios como periodista le permitieron forjar la mirada profesional y objetiva frente al creciente panorama del teatro europeo, el ascenso de las vanguardias, la música y el cine, la cual se puede seguir detenidamente en sus trabajos como columnista en numerosos diarios de España. Además, su observación al detalle abarcaba no solo la mirada celosa de aspectos generales de un determinado lugar, también de los acontecimientos que se desarrollaban en lugares a leguas de distancia del continente europeo, como lo fue su adopción por el conteniente latinoamericano con el cual estableció un lenguaje compartido en historia, tradiciones, literatura; arte en todas sus dimensiones.

Las visiones de un mundo iberoamericano compartido entregaron al crítico profesional a la vida académica del convulsionado escenario político colombiano de mediados del siglo XX. Una vez en suelo colombiano a finales de 1952 su trabajo como conferencista fue rápidamente bien recibido como una ilustre mente dominante de la historia y la crítica del arte y desempeñaría un rol fundamental en estos campos poco conocidos hasta entonces en la nación ecuatorial.

De sus atractivas conferencias, el periodista e ilustrador consolida su figura como el historiador y académico de gran talla que fue durante su vida; es allí donde se percibe su indeleble legado. Fue director en muchas ocasiones de espacios culturales y fundador de escuelas profesionales en la ciudad de Bogotá. Ejemplos concretos de ello son sus huellas que aún persisten en la Universidad Javeriana, la Universidad del Rosario, sus programas de difusión televisiva y, quizá de sus más destacables labores, la dirección que durante años sostuvo en el Museo de Arte Colonial.

Finalmente, se puede apreciar que, desde su radicación en Colombia en 1953, las admirables obras del maestro Francisco Gil Tovar completaron un enriquecimiento en todos los aspectos: las publicaciones de sus libros, la dirección y edición revistas que abarcan expresiones culturales de décadas de historia del arte colombiano, edificaron su horizonte artístico que se encuentra perfectamente representada en obras como su Visión breve de Ibero-América, las maravillosamente diseñadas publicaciones de los números de la Revista Rumbos y su maravillosa obra de estudios sobre el arte colonial en La obra de Gregorio Vásquez Ceballos, cuyas preciosas réplicas reposan en su archivo personal ahora en custodia del Archivo General de la Nación de Colombia.

Familia e inicios de su trayectoria  

Su infancia y juventud en la tierra granadina de Andalucía marcaría significativamente sus inicios en la admiración por la historia, el arte y las tradiciones. Como evidencia del joven consciente de la trascendencia de la historia se encuentra el detallado plano de Granada que señala sus calles, monumentos, gente, jardines, así como la histórica Alhambra, la cual, con sus paisajes y arquitectura fueron cimientos artísticos esenciales de sus primeros años.

Periodista e ilustrador

La vida universitaria proporcionó los espacios académicos necesarios en los cuales, desde sus ilustraciones que publicitaban eventos culturales, obras teatrales, hasta sus agudas columnas de opinión en la prensa ibérica, permitieron que el joven Francisco Gil Tovar abriera un sólido camino conectando el periodismo y el arte con objetividad. Aparecen aquí la versatilidad y maestría que caracterizaría décadas más tarde en variados campos: la caricatura, la historia, la pintura, el teatro, la literatura que dan cuenta de su compresión en las expresiones culturales.

Historiador y crítico del arte

Los ricos trabajos multidisciplinares y críticos sobre obras de arte, historiografía y filosofía hacen parte de una destacada colección de productos intelectuales que son recogidos en publicaciones de diarios notables de la segunda mitad del siglo pasado en Colombia como el Tiempo, El Siglo, El Colombiano, entre otros, así como sus distinguidas evaluaciones a obras de arte y la edición y dirección de revistas que ahora se consideran como referentes culturales.

Círculo intelectual y académico 

Los palacios nazaríes continuarían siendo parte fundamental durante su vida. Como profesional destacado se trasladaría a Colombia en 1953 junto con su esposa, donde se gestarían sus proyectos intelectuales: “América ha llegado o está llegando a un punto clave para su entendimiento. (…) pero apenas se va vislumbrando algo de lo que se podría llamar más tarde su independencia cultural de Europa”, (F. Gil Tovar, Trayecto y signo del Arte en Colombia. 1957). Las cátedras dictadas en varias de las más prestigiosas universidades colombianas fueron grandes escenarios académicos que el mundo intelectual de Colombia de mediados del siglo XX pudo presenciar; sus trabajos como director, diplomático, fundador y miembro de escuelas de artes, comunicaciones, letras y filosofía, y su continua producción artística son grandes expresiones culturales que lo acompañarían por décadas.

Publicaciones

Dentro del amplio legado del maestro F. Gil Tovar se conservan obras de gran variedad, desde sus trabajos artísticos sobre paisajes, reproducciones, catálogos de arte, pinturas e ilustraciones hasta sus publicaciones sobre estudios en la historia de arte en Colombia y sus visiones culturales sobre Iberoamérica.